El ejercicio físico es la herramienta más poderosa para regular el metabolismo y el funcionamiento del cuerpo humano a largo plazo. Ser regulares en la práctica de ejercicio, como hemos visto en otros artículos de este blog, es, seguramente, el mejor aliado para mejorar nuestra salud y nuestra calidad de vida.
Desde hace tiempo, sabemos que, para las personas con diabetes, resulta más beneficioso ejercitarse por la tarde – noche, que hacerlo por la mañana, pues este tipo de horario de entrenamiento resulta en un mejor control glucémico. Hay muchos estudios científicos que han probado esto. Uno de los últimos, y más interesantes, publicado en la revista “Diabetología Springer Nature Switzerland” por el grupo de la doctora Moholdt (jefa del Grupo de Investigación en ejercicio y salud cardio metabólica de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología (EXCAR), puedes consultarlo en este link: https://link.springer.com/article/10.1007/s00125-021-05477-5
Pero hay un aspecto importante que debemos conocer. Y es que, para beneficiarnos de estos efectos acumulativos a largo plazo, tenemos que saber manejar las alteraciones agudas (a corto plazo) en la glucemia que los esfuerzos físicos pueden provocar, sobre todo en las personas con el metabolismo de la glucosa alterado, como son las personas con diabetes.
En particular, hoy vamos a hablar de dos fenómenos asociados al ejercicio físico, que debemos aprender a evitar y controlar. Las hipoglucemias y las hiperglucemias nocturnas.
Hipoglucemias nocturnas
Las hipoglucemias nocturnas provocadas por el ejercicio, están generalmente asociadas a los ejercicios de larga duración e intensidades no muy altas. Estos esfuerzos, generalmente provocan un consumo elevado tanto de la glucosa sanguínea como del glucógeno muscular y hepático. Durante unas horas después de terminar el ejercicio (hasta 12 horas), el aumento de la actividad metabólica en nuestros músculos va a provocar un efecto en cascada para intentar reponer el glucógeno, y la absorción de glucosa sanguínea va a estar aumentada, por lo que, durante la noche, y en mayor magnitud si somos insulino – dependientes, estos esfuerzos de larga duración y baja intensidad pueden provocar que nuestra glucosa sanguínea baje más allá de los valores deseados.
Si no tomamos medidas al respecto, cada hora de ejercicio aumenta entre un 55% y un 78% la posibilidad de sufrir hipoglucemias nocturnas, siendo este efecto más acusado en los niños que en los adultos.
¿Cómo prevenir estas hipoglucemias?
El primer aspecto que tenemos que tener en cuenta es el de medir nuestra glucemia antes, durante y después del ejercicio:
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Si tus niveles de glucosa previos al ejercicio son menores de 100 mg/dl, ingiere una solución de carbohidratos antes de entrenar. Unos 15 – 20 gr de carbohidratos de acción lenta es la opción más recomendable.
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Si tu sesión de entrenamiento es de más de 35 minutos, vuelve a monitorizar tu glucemia, y si es menor a 100 mg/dl, repite el proceso descrito en el punto anterior
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A los 30’ de terminar el ejercicio, vuelve a medir tu glucemia. Es importante que esperes este tiempo antes de medirte la glucemia, puesto que después de terminar de entrenar, durante aproximadamente 30 minutos, tus músculos seguirán consumiendo glucosa a gran velocidad. Si el valor es inferior a 100 mg/dl, deberías tomar 15 – 20 gr de carbohidratos.
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Idealmente, antes de acostarte, deberías volver a comprobar tu glucemia. Parece que hay un punto de corte para la glucemia previa a acostarse, si has realizado ejercicio de larga duración. Si el valor previo a acostarte es menor a 108 g /dl las posibilidades de tener una hipoglucemia nocturna se elevan un 250%. Por ello, si tus niveles son inferiores a ese valor es aconsejable que tomes unos 10 g. de carbohidratos antes de dormir.
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Por último, es también recomendable que, los días en los que realices entrenamientos más largos de lo normal, reduzcas un poco la insulina basal de la tarde. Es importante que este punto lo consultes con tu médico, pues siempre existen aspectos diferenciales en el control metabólico de unos y otros pacientes.