Mitos y verdades de la alimentación de un corredor

por Sendo / enero 24, 2024

¿Empezaste a correr y te han dicho que tienes que cuidarte en el consumo de proteína?

¿Te has llenado de temor por no saber si estás comiendo mucho o lo suficiente?

¿Te genera un poco de duda pensar cómo se comporta tu estómago en las carreras o entrenamiento de larga distancia?

¿Te han dicho que, si corres, debes comer más, o un “cómo estás de flaco(a)”?

Sí, es cierto, a nosotros los corredores se nos aumenta el apetito y más cuando estamos planeando carreras de larga y mediana distancia. Es cierto que nos encanta alimentarnos bien, porque al correr sentimos lo buena o mala que haya sido nuestra comida el día o los días anteriores. Por esa razón, muchos nos preocupamos por conseguir los mejores productos, de la mejor calidad, orgánicos, y los combinamos cuidadosamente para sentirnos bien y poder tener buenos resultados en nuestro plan, o en las salidas a correr que hacemos semanales, además de nuestro día a día como estudiantes, profesionales, amas de casa, como padres y en general en nuestra vida.

 En búsqueda de este balance, la alimentación del corredor como las de todas las personas, debería ser rica en frutas, vegetales, tubérculos y cereales integrales. Adicionalmente, contar con una buena fuente de proteína animal o vegetal que nos permita tener una buena recuperación y siempre ir avanzando en nuestra curva de rendimiento, a la par que nos lleve a sentirnos sanos, llenos de energía y de vitalidad. 

Existen indicadores de vitalidad que podemos percibir de forma evidente, y los principales son: la digestión, la calidad del sueño, la energía, la fortaleza de nuestro pelo y uñas, así como la salud de la piel. Por ejemplo, es muy cierto que la piel es el reflejo de todo lo que está bien o mal en nuestros hábitos de vida; por esta razón mi sugerencia es que los platos que preparemos o busquemos estén llenos de agua y colores (verduras), y más bien reducir alimentos con poca cantidad de agua (proteínas animales). Es recomendable disminuir de forma considerable, ojalá suprimir, alimentos procesados como embutidos y paquetes, ya que tienen un alto contenido de sodio y conservantes; sustituirlos por muchos de los alimentos que vienen directamente de nuestra tierra,  en especial los alimentos de temporada, ya que además de tener más acceso a ellos, están frescos y llenos de nutrientes.

Respecto a las medidas o porciones adecuadas, en este punto depende de las cargas de entrenamiento, condiciones de salud, metabolismo y capacidad de absorción de los nutrientes. Mi recomendación es variedad y frescura en la dieta, no sólo las semanas previas a una competencia, sino durante los demás días de entrenamiento y descanso. Pero, para determinarlo de forma precisa, una valoración individual es altamente recomendable. 

Debemos procurar abrirnos a las posibilidades y fuentes de nutrientes en todos los grupos de alimentos, sin encasillarnos en dos o tres productos que nos gustan, y probar e ir integrando variedad (que no quiere decir mezcla) siempre siendo conscientes de escuchar las necesidades propias del organismo, del clima, de la frescura del alimento, etc. Todo esto, aunque a veces lo pasamos desapercibido, es lo que más influye y lo que más nos aporta para lograr días en los que nos sentimos tan bien en todo sentido, debido a que iremos encontrando ese equilibrio personal. Aunque toma tiempo, si tenemos la voluntad, el amor y el deseo de llevar una vida sana y sacarle el máximo provecho a la alimentación para lograr rendimiento, salud y máximo desempeño, podemos lograrlo.

Para concluir, debo decir que los corredores no somos diferentes, somos como cualquier ser humano que requiere un poco más de atención en el balance de nutrientes, entre otros factores  porque correr implica movimiento impulsado por nosotros mismos, entonces, entre más fluido, más ligero será todo y  se sentirá mejor, tendremos mejor rendimiento, nuestra respiración es más armónica y esta práctica consciente se convertirá en algo más allá de un deporte,  más bien diría yo “una meditación en movimiento”, que nos genere el bienestar de estar conectados con nosotros mismos en cuerpo, mente y espíritu. 

Los corredores no quieren comerse el mundo, tan sólo han encontrado en el movimiento un fluir de sustancias y necesidades propias del funcionamiento del metabolismo, y con consciencia, planeación, buena gasolina (carbohidratos limpios) y un proceso que lleva un tiempo de ajuste, pueden determinar grandes resultados de salud y de rendimiento deportivo. Se los aseguro, es un premio poder correr y todavía más el comer sano luego de esa exigencia propia del deporte, poder sentarse agradecer y deleitarse de los sabores del mundo luego de una carrera, pasar la meta y encontrar además de la medalla un plato favorito fresco y colorido que nos regala un buen momento de placer y autorreconocimiento.

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